5 Foto de familia de los concursantes con el jurado profesional después del concurso. FOTOS: GASTRONOMIKA Una casa de comidas de L’Hospitalet de Llobregat (Barcelona) regentada por Romina Reyes, Pau Pons y Héctor Barbero sorprende con una receta fina y con garra que termina siendo la mejor valorada TEXTO: 7CANÍBALES L’Artesana Santa Eulàlia, una casa de comidas de L’Hospitalet de Llobregat (Barcelona) regentada por Romina Reyes, Pau Pons y Héctor Barbero, tres cocineros jóvenes que fundamentan su oferta en guisos y platos sencillos, se alzó con el VIII Campeonato del Mundo de Callos Pedro Martino, tras sorprender al jurado con una receta «original, bien ejecutada, fina y con garra, que ha sido una sorpresa en un concurso de platos muy correctos, pero donde predominaban la ortodoxia y la prudencia», en palabras de Benjamín Lana, miembro del jurado y director del congreso. Justamente antes de que el jurado emitiera su veredicto sobre los diez callos concursantes de este año, Alberto Fernández Bombín, presentador, periodista y tabernero, y el fundador del concurso, el cocinero pota’ (morro, careta y pies de vaca) catalán y garbanzos», en palabras de Pau Pons. Entre las diez recetas, la ganadora era la única que este año llevaba garbanzos, y también, una de las pocas donde se podía percibir un toque picante. Por lo demás, el guiso tenía la fluidez y la melosidad justas y permitía distinguir a la perfección la textura de todas las piezas. El premio, por cierto, viene a ser para L’Artesana de Santa Eulàlia como el pan debajo del brazo con el que dicen que nacen los niños, porque el negocio acaba de abrir sus puertas. «Arrancamos con L’Artesana en Poblenou, y la buena acogida nos ha animado a abrir el segundo local», explicó Pau Pons, quien, igual que sus compañeros, estaba emocionado y un poco abrumado. «Somos una casa de comidas de barrio y tratamos de dar buena cocina casera a precios populares. Hemos venido aquí a disfrutar y ha sido una gran sorpresa ganar el premio», concluyó. ARTESANA SANTA EULÀLIA SE ALZA CON EL TÍTULO El trío ganador celebra su triunfo en Donostia. FOTO: GASTRONOMIKA La receta ganadora fue singular por ser la única que llevaba garbanzos y una de las pocas en las que se apreciaba un toque picante El concurso, como cada año, tuvo un nivel muy alto. «A este concurso no te presentas. Somos nosotros quienes buscamos todo el año quién hace unos callos maravillosos», dijo Pedro Martino. Los elegidos fueron Cristina Rei, de la Gitana (Gijón, Asturias); Raúl del Moral, de San Remo (Palencia); David Morera (Deliri, Barcelona); Iván Rozas, del Bar O Timón (A Coruña); Santiago Ramírez, del Bar Taberna Solana (Ampuero, Cantabria); Conchi Jurado, de Bikandi Etxea (Bilbao); Lucía Fernández, de La Tabernilla de Oviedo (Oviedo); Adrián Collantes, de La Barra de la Tasquería (Madrid), y Wahiba Kebir Tio, de Hevia (Madrid). El corte de la mayoría de los guisos presentados en el concurso fue muy parecido: callos sin legumbre (excepto en el ganador), y todos ellos con salsas muy sedosas, limpias, sabrosas y melosas, aunque también todas muy prudentes en cuanto al pique. «Está claro que los restauradores tratamos cada vez más de que los platos puedan complacer a un público amplio y diverso», reflexionó Elena Arzak (Arzak***), miembro de un jurado donde también estuvieron Miguel Laredo (Taberna Laredo); Sacha Hormaechea (Sacha) y Pablo Loureiro (Casa Urola); Benjamín Lana, director de San Sebastian Gastronomika y director general de Vocento Gastronomía; y Guillermo Elejabeitia, periodista gastronómico y miembro de una familia de restauradores al frente del hotel y restaurante Echaurren (por cierto, ganador de la primera edición del campeonato). VIII Campeonato Mundial de Callos Pedro Martino El plato ganador. asturiano Pedro Martino, debatían acerca de los límites en la adaptación de recetas tradicionales. «El único límite es la desnaturalización», reflexionaba Martino. Un debate que viene al caso, porque la receta ganadora del concurso de callos no es una fórmula que haya pasado de generación en generación, sino «una construcción propia hecha con la base de una receta de callos a la riojana a la que añadimos ‘cap i
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